Nuevamente estoy en Guyana, haciendo un recorrido personal tratando de escapar de la rutinaria crisis venezolana y avisorando nuevos panoramas para el desarrollo de mi profesión y consecuente manutención de mi familia.
Llegué a Charity (Caridad en español), una pequeña ciudad de las muchas que abundan en este país, donde la vida es bastante calmada dependiendo económicamente del comercio intercitadino y donde los mejores sitios de esparcimiento están a orillas del río Pomeroon.
El puerto es una zona pequeña muy activa, con gente muy amable y con muy buenos panoramas naturales y donde se puede apreciar la gran variedad de frutas y verduras que se consumen y producen aquí.
Cuenta además con un centro comercial llamado A&S con mayoría de artículos traídos por comerciantes de la India y de países musulmanes. Recordemos que Guyana es tierra fértil para la inmigración por su pasado colonial inglés.
Sus habitantes conviven en total libertad de cultos pese a ser una ciudad con menos de dos mil personas. Encontré un pequeño templo budista, una iglesia católica, una iglesia Wellesleyana (ni idea de que tipo de cultos practican y que se debe su fe), un templo adventista y una mezquita.
Cuando se pasea por la ciudad es inevitable degustar la gastronomía local, abundantes son las raciones de pollo y los peces recién salidos del río, todos ellos bajo la exótica mezcla de sabores que ofrece la variedad cultural guyanesa.
Me alojé en un hotel sencillo próximo a la única estación de servicio.
Fue una grata sorpresa conocer este lugar. Esperemos seguir conociendo y a lo mejor, encontrar donde construir futuro.
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